SOLO PARA ADULTOS II

      Era inmensa la realidad del pene; desde la cúpula de su prepucio surcaban lágrimas de semen nuevo, bajando hasta el contorno de las formas rotundas de gemelos testículos que se iban contoneando al bailar, bien a ritmo de de samba o de polka de pobre. Danzad, danzad, malditos!! , que únicamente servís para golpear al unísono en las mastodónticas nalgas de algún escarceo pasajero; si acaso y si se dá la chispa podéis vaciaros en el estertor recóndito y contemplar saciados como se os engulle la lava el preciado líquido lácteo. Quién sabe si hace mella en lo hondo, o si chorrea estéril por el manto rosado, acabando seguro por ser limpiado.

     Otra cosa es el tronco, erguido cual largo, de diámetro oneroso, con rugosas varices a todo lo amplio, que entra y que sale, que se dirige y se tuerce, que lame por dentro y por fuera, y que cabeceando ansioso por encontrar el fondo, sólo encuentra el retorno y vuelta, que vuelta y vuelta.