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Fernando se acercó a Coquita, quien se encontraba sentada sola en la barra del bar.
-Yo pago lo de la señoría.
-No hace falta.- dijo Coquita con una leve sonrisa más por ser amable que otra cosa.
-No, siento que es mi responsabilidad, después de todo si una chica linda como vos se sienta sola en un bar a tomar algo, va atraer a quien sabe qué tipo de persona, quiero ayudarte a que eso no pase.
-No estoy sola, espero a alguien.
-… ¿Puedo invitarte una copa de todas formas?
-No.- respondió Coquita, con expresión seria, y se fue.
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