Tu corazón es mi obsesión

Tu Corazón es mi Obsesión.

¿Me amas? Preguntó.
No lo hago, respondió.

El corazón súbitamente se resquebrajo, cortando como una hojilla lentamente la perfecta contextura exterior. Su mirada descendió con suavidad y ternura pero aún así comprendió que aquella chica un NO respondió.

Lentamente y después de un pequeño abrazo se alejo. Marcando pues, así su paso. Durante el camino la tristeza aumento, a tal magnitud que su semblante y cuerpo cayó, golpeando el asfalto con gran furia y desilusión.

Las palabras finales de aquella idiota que me dejó, fueron: “quedamos como amigos. Te mereces algo mejor”. No soporto, esta furia en mi interior, basta de sufrir. Siento como crece el odio en mi interior y necesito exponerlo, reflejarlo. Esto se acabo.

Acostado me encontré, al lado de ella. Pero ya no era la misma; mi dolor había desaparecido, el odio esfumado. Y pude comprender que nunca fue lo que por dentro realmente es. Al pelar su rostro como una banana, comprendí que su belleza solo exterior era. Su olor fétido me dio asco. Su cuerpo sucio y ensangrentado desprecié.

Sin embargo falta un pequeño detalle, su corazón lo quiero tener, y en un cofre lo guardaré. Tan solo recuerdo los dulces gritos por misericordia; ¡affs! Si tan solo hubiese dicho que sí nada de esto hubiera ocurrido.

Pero ahora, me encuentro muy feliz. Porque finalmente su corazón es mio. Muerto; pero yo le doy la vida cada vez que lo observó detenidamente en mi frasco de formón. Y para recordar aquel momento tan fascinante, tomé foto a su cuerpo desmembrado. Porque su muerte no fue en vano.