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Demonios camuflados
Por Sólounamás
Enviado el 21/11/2015, clasificado en Amor / Románticos
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Esta es la historia que marcó el rumbo de la vida de una niña de 15 años ; dicen que con 16 años es posible que conozcamos a la persona en la que en un futuro digamos "sí quiero" en frente de varios testigos y unamos nuestro destino al suyo. Ella había encontrado su alma gemela, la hacía feliz, la amaba y ella a él. Se respetaban mutuamente, un amor de instituto que perduró con el paso del tiempo pero la arena va cayendo poco a poco erosionándolo todo. Él se cansó de ser dueño de una única mujer. Esa niña creció, pero donde antes había felicidad infinita ahora queda un alma muerta, una persona que reía y hablaba sin ningún motivo, sin sueños por los que luchar y con el miedo de que él llegue a casa y nuevas marcas invadan su hermosa piel. Ese era su día a día y el calor más cercano, la soledad.
Lo que ella no sabía era que ese día vería el sol por última vez. Aquella noche el llego a casa de mal humor, cosa que no era nueva pero ese día llegaba ebrio, algo extraño pues sus vicios eran las mujeres, la bebida y controlar cada paso que diera su esclava. Al verlo ella intuyó que no había vuelta atrás, no había forma de abandonar la oscuridad, ese infierno en el que llevaba metida mucho tiempo. El pulso le fallo y el vaso que sostenía se resquebrajó en el suelo. Sus manos cerradas, duras, inflexibles, caían sobre su cuerpo provocándole una horrible sensación, ya no era el hecho de que aquel hombre por el que llegó a sentir un zoológico en su interior, por el que hubiera llegado a matar en caso de ser necesario la golpease, no, definitivamente esa sólo era una pequeña parte del dolor, tantas promesas de que cambiaría, de que no volvería a suceder, no habría más palizas, por cada rosa, por cada caricia, una infidelidad. Cada caída era una daga afilada, helada que sin compasión alguna se clavaba en su corazón completamente destrozado, si las lágrimas sonarán no haría falta campanas, ya no tenía motivos para vivir. Cada golpe era una pequeña parte de su ser abandonado, cada grito que daba le aniquilaba el alma, su cariño sólo fue y es una mentira. Recuerdos iban apareciendo en su mente de cuando la trataba como una princesa, su princesa. Tan dulce y ahora convertido en el cíclope después de que le robarán su amada gallina de oro; celos orgullo y mal genio; eso era aquel ser vivo que seguía siendo su marido por no tener valor de abandonar aquel lugar que llamaba "hogar" si se le podía llamar así. Por la falta de valor por no luchar por sí misma, pero aquella noche acabó todo, no tendría que sufrir más, ya no.
Lo que ella no sabía era que ese día vería el sol por última vez. Aquella noche el llego a casa de mal humor, cosa que no era nueva pero ese día llegaba ebrio, algo extraño pues sus vicios eran las mujeres, la bebida y controlar cada paso que diera su esclava. Al verlo ella intuyó que no había vuelta atrás, no había forma de abandonar la oscuridad, ese infierno en el que llevaba metida mucho tiempo. El pulso le fallo y el vaso que sostenía se resquebrajó en el suelo. Sus manos cerradas, duras, inflexibles, caían sobre su cuerpo provocándole una horrible sensación, ya no era el hecho de que aquel hombre por el que llegó a sentir un zoológico en su interior, por el que hubiera llegado a matar en caso de ser necesario la golpease, no, definitivamente esa sólo era una pequeña parte del dolor, tantas promesas de que cambiaría, de que no volvería a suceder, no habría más palizas, por cada rosa, por cada caricia, una infidelidad. Cada caída era una daga afilada, helada que sin compasión alguna se clavaba en su corazón completamente destrozado, si las lágrimas sonarán no haría falta campanas, ya no tenía motivos para vivir. Cada golpe era una pequeña parte de su ser abandonado, cada grito que daba le aniquilaba el alma, su cariño sólo fue y es una mentira. Recuerdos iban apareciendo en su mente de cuando la trataba como una princesa, su princesa. Tan dulce y ahora convertido en el cíclope después de que le robarán su amada gallina de oro; celos orgullo y mal genio; eso era aquel ser vivo que seguía siendo su marido por no tener valor de abandonar aquel lugar que llamaba "hogar" si se le podía llamar así. Por la falta de valor por no luchar por sí misma, pero aquella noche acabó todo, no tendría que sufrir más, ya no.
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