Existen muchos tipos de miradas, pero en comparación con la suya, las demás no eran nada. Ella siempre miraba a un chico, no era de los más guapos, pero a ella se le notaba en la mirada lo mucho que le gustaba. Ella lo miraba con una luz de esperanza. Era la mirada más bonita que había visto nunca. Él le hablaba muy a menudo, le hacía reír… Yo siempre estaba atento de su mirada. Un día me di la vuelta y la vi. Esa preciosa mirada, esa luz que tenía, se había apagado. Ella miraba apenada a alguien, a algo. Al chico, que estaba con otra. Me volví para irme, pero una risa me llamó la atención. Era ella, riendo con ese chico. Pero su mirada no era la de antes, su mirada era insegura, su rostro triste, y su sonrisa falsa. Pero claro, él no lo notó, no se dio cuenta de que le había roto el corazón.
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