Denunciar relato
El ritmo tambaleante y difuso,
sorpresivo, intenso y aparentemente perenne,
callado, en silencio y aún así tan ruidoso.
Me pones sin reparo ante mi deseo secreto.
Colores variados, pintados a desorden,
caprichosos se muestran a mi alrededor,
cambiando el horizonte a su antojo ante mis ojos.
Espera, paciente, mas por obligación que por virtud,
dolorosa, discreta, sumisa,
aguantas ante tantos colores y ritmos.
A que el tiempo deje de ser perenne.
A que el tiempo ya no sea tan ruidoso,
caprichoso, cambiante y ni tan paciente.
Ha llegado el tiempo de darle sentido,
a los colores, al ritmo, al dolor, y a la espera.
Ha llegado el tiempo de dos.
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