El sexo no lo es todo

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Enviado el , clasificado en Fantasía
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Ha llovido en lima, me da frío los pies y busco una media. No encuentro, debe ser porque no tengo muchas. Me pongo unas disparejas. Igual me protegerá del frío siquiera un rato. Quien me va a ver pienso. El universo me da buenas ideas, me hace acelerar el proceso del día. Cosa tan rara es tirar activamente.

Un día te despiertas y eres otra persona, y yo creo que hay algo de razón en todo eso. Hoy quiero escribir, no por un deber sino porque así me despojo de todo. Voy a enfrentar esa puta hoja de Word me digo, mientras me acaricio un lado de mi cachete y pienso, No te avergüences de tus emociones y escribe nomás, care culo. ¿Lo que sea? … si lo que quieras, me digo decididamente.

Bueno ¿Qué dirán los que te conocen y los que no? Te dirán 'Hablas pura, mierda'. … pero que importa, estoy demostrando que soy humano. Y luego cojudamente digo no importa, tengo que dejar algo antes que muera.

Estoy echado en mi cama con los audífonos en las orejas y, pienso en nuevas cosas para sonreír. Y me acaricio el pene, mis manos están frías. Observo la pared del cuarto y me doy cuenta que es lo único que tengo, esa idea me maravilla un poco. Gracias por existir, me digo. Algún día seré viejo, y me dirán permiso señor. Y yo sé que sucederá.  Pero antes caminare por todo el mundo, me cagare en cada rincón si es posible, como diciendo “aquí estuve” Pero sobre todo tendré la tranquilidad. La felicidad es lo que importa.   

Esta huevada puede ser cierta, pienso. Me siento mal por toda esa gente que no tira y no desfoga, y que no se siente libre. Pensaba mientras me pasaba la mano por el cabello. Desde niño yo ya quería tirar y, todo bien.

Recuerdo cuando tenía 9 o 10 años y empecé a juguetear con mi pene, por ese entonces estaba descubriendo, y fantaseando cosas. En secundaria una chica me dijo te dejo pasar a tu asiento si te bajas el calzoncillo  y me muestras. Recuerdo que yo era cojudo y me reía. ¿Cómo va a ser? Decía. Seguro ella tenía curiosidad y quería que me bajara el calzoncillo, no lo sé. Seguro que calenté un poquito, pero ni cagando me lo baje.  Recuerdo que ese día me quede sobre mi cama pensando en lo sucedido, yo no savia si era malo sentir así. Entonces, en la mañana, cuando me miro al espejo, me doy cuenta que soy normal, fantástico.

Pero eso sí. Me dije, el sexo no lo es todo care culo. Saber eso me hace reír y le doy gracias al universo, porque para ser feliz uno tiene que tener varios vicios u otros temas. Me doy un abrazo, suficiente de compañía humana. 


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