¿Qué se esconde detrás de tus palabras?

 Me miras en silencio y suspiras, suspiro y una lágrima acaricia mi mejilla y llega a la sonrisa apagada que ya parece que no puedes encender ni con un beso.

Tú hablas y repites frases sin sentido que en mi cabeza retumban pero que a mi corazón no llegan. Me duele no creerte, pero ya no queda nada por lo que seguir luchando. Ni siquiera existe aquel sentimiento de culpa y de ilusión porque otra vez no pasaría.

Sabes como engañarme, como maquillar lo que dices bajo una capa ingeniosa y crees que irrompible, pero como siempre, al final, la mentira sale al descubierto y siento que me empujas para quedar más cerca del precipicio donde  llegará mi fin un día.  Mientras tanto intento aprender a fingir, a convivir con el dolor de sentirte tan cerca y que estemos tan lejos en realidad.

Me hacías llorar sin ni si quiera darte cuenta de que sufro, lo único que deseo es sentir confianza en tus palabras, pero ellas al igual que tú siempre esconden algo. Lo peor es el sentimiento de vacío, de no tener nada dentro, a parte de un corazón que late para que sobreviva pero sin rastro de un solo atisbo de felicidad.

A veces esperando a que aparezcas pierdo la noción del tiempo y el día se convierte noche, deseando que hoy sea diferente y que me sorprendas diciendo que has cambiado y que volveremos a ser como éramos antes, pero como siempre llegas y me miras intentando ver en mí a tu niña, a la que sin darte cuenta borraste de tu vida y de la mía.

Ese día nunca llegará, así que lo mejor es despetirse…