Pagando el taxi II
Por SiEmAi
Enviado el 27/12/2015, clasificado en Adultos / eróticos
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Le cogí del pelo y le puse la cara en las tetas de la rubia, para que limpiara bien mi semen. Después fue en busca de la boca de la rubia y se besaron pasándose mi semen de una a otra. Aunque me acababa de correr, me estaba poniendo cachondo de nuevo, así que empecé a comerme los 4 pezones mientras ellas se seguían besando. Sus tetas estaban bien blanditas y sus pezones bien duros, en contraste era increíble.
Mientras seguía comiendo tetas, empecé a juguetear con el clítoris de la morena, que empezó a gemir en la boca de la rubia. Quité mi mano y empecé a comerle el clítoris. Estaba muy muy húmedo, jugueteaba con sus labios, se estremecía de placer. Intentaba a duras penas coger mi polla con las manos, pero no podía, así que la rubia se encargó de chupármela como lo había hecho antes, jugueteando con su lengua y su piercing.
-Ahora le toca comer a ella –le dije a la rubia, y dejé que la morena se acercara a mi polla.
La empezó a comer con cariño, despacito, regodeándose y mirándome con ojos de colegiala deseosa de placer. ¡Cómo movía su lengua! Me empezó a hacer circulitos en el clítoris mientras se metía toda mi polla entera. Se la metía y sacaba a un ritmo muy rápido, como deseando que me corriera en su boca. Y empezó a gemir. Eso era porque la rubia se le había puesto detrás y le había empezado a comer el coño. El piercing de su lengua hacía estragos en el coño de la morena, que gemía y gemía sin parar…hasta que se corrió.
Una vez que la morena se había corrido, pensaba meter bien mi polla en su coño y aprovechar que estaba bien húmedo para que deslizara más. Se puso a cuatro patas y cuando me disponía a penetrarla, la rubia me cogió fuerte la polla.
-¡No, no! –dijeron, y la rubia me puso la polla en la entrada del culo de la morena y empezó a lubricarlo bien comiéndoselo, iba pasando de su culo a mi polla, comiendo bien los dos y mojándolos bien. Entonces entré, poco a poco, hasta el fondo.
-¡Nunca me habían hecho esto! –dijo la morena con un hilo de voz, muerta de placer.
-Yo tampoco lo había hecho antes. Me extraña que no te la hayan metido por el culo con lo buena que estás –contesté, ansioso por empezar a penetrarla bien.
Y empecé, primero lento, entrando y saliendo lentamente, para que se fuera acostumbrando a mi polla. La imagen de la morena a cuatro patas con las tetas colgando y su culo todo para mí, unido a sus gemidos, hacía que aumentara la velocidad instintivamente.
La rubia miraba la escena y de repente se puso en acción. Le dio una buena cachetada en el culo a la morena mientras la estaba penetrando duro y yo acto seguido le di otra en el otro cachete. Nos fuimos turnando a cachetes. La morena no paraba de gemir. Yo seguía dándole sin parar. La rubia paró porque me puso las tetas en la cara y se las empecé a comer, no quedaba otra opción que comerle bien los pezones y perderme entre esas montañas que me volvían loco. Le metí varios dedos a la rubia y empezó a gemir, estaba mojadísima.
Las dos gimiendo, y yo comiéndole las tetas a la rubia. Ya no podía más, me fui en el culo de la morena que gimió mucho más fuerte durante ese instante.
Me tumbé en la espalda de la morena a descansar, pero seguía metiéndole los dedos a la rubia, que cada vez gemía más y más.
Todavía no había cobrado toda mi carrera del taxi. Seguía con una mano dentro del coño de la rubia, pero metí la otra dentro del coño de la morena, que no se lo esperaba y gimió sorprendida.
Mientras jugaba con sus coños ellas se besaban y se comían las tetas la una a la otra. ¡Qué escena! ¡Se me volvía a poner la polla dura! Aumenté la velocidad de mis manos y las dos se corrieron. Me miraron con cara de…todavía no hemos terminado nosotras.
-¿Todavía no me habéis pagado la carrera?
-No señor, todavía está su taxi un poco sucio…
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