Mis estrellas preferidas Fin
Los padres de Raúl y Jon, estaban muy preocupados por el estado de salud de los niños, llegaron muy deshidratados y en estado de shock.
Los dos estaban en una misma habitación y ambas familias se turnaban para cuidarlos a todas horas.
Todo el pueblo, hacia conjeturas de porqué se habían escapado de casa, qué sucedió por sus mentes y sobre todo, cómo habían podido sobrevivir a tan bajas temperatura. Algunos, decían que los habían raptado, por lo que el miedo, abrigó en todos los hogares.
Los más ancianos, decían que las almas intentaron llevárselos pero "alguien" les había devuelto a casa. Ellos sabían a quién se referían, aunque no se atrevían a nombrar.
Los niños, comenzaron a mejorar, pero los padres tuvieron el don de la paciencia, no querían presionarles para contar lo ocurrido.
Rania, la madre de Jon, insistió en no presionarles, ya que lo único que deseaban, era saciar su curiosidad para conocer al detalle los hechos acontecidos y en primer lugar estaba la salud física y mental de los niños.
Todos, aceptaron el consejo, que era muy sabio y esperaron a que Raúl y Jon estuviesen preparados.
Todos los habitantes del pueblo, acudían a la casa para conocer la evolución y ofrecerse para ayudar en lo que fuese necesario. Todos habían participado en la busqueda cuando estuvieron desaparecidos y el misterio, aumentaba a pasos agigantados.
Una mañana, Raúl, ya bastante mejorado, dijo,- mamá quiero visitar a la abuela, tengo que contarle porqué ella siempre será mi estrella preferida.-Fué el detonante para explicar parte de lo vivido. A Joana se le saltaron las lágrimas, aunque Raúl desconocía el verdadero motivo.
La voz, se corrió inmediatamente y acudieron los vecinos para escuchar el relato. Jon, disimulaba, mirándose la manos, pensativo, temía ver cambiar la expresión de sus padres. ¿porqué? Ni idea. Desconozco los intringulis de su mente.
-Mamá, Jon y yo estábamos muy preocupados porque os veíamos extraños, parecía que estabais en otra galaxia. -Un día antes, vimos moverse las estrellas y pensamos que os habían hipnotizado.
-No mamá-, dijo Jon, -sólo pensábamos que estabais raros y nos dió miedo. Rania, acarició a su hijo con una hermosa sonrisa para tranquilizarlo. Y continuaron con su historia cada vez más modificada.
-Quisimos llegar a la estrella grande para saber qué sucedía. -Esa estrella donde se reúnen las almas para guiarse en el camino, la que tú me dijiste abuelo. El abuelo Ruben se quedó asombrado, ya que no se acordaba de haberle contado nada.
-Pasamos mucho miedo, incluso hablábamos si mover los labios.-Nooo Raúl-, dijo Jon- yo sí los movía y te hablaba muy alto.
Raúl, continuaba su narración, -incluso los pies nos guiaban-. Jon nuevamente le interrumpió, él, lo había percibido de forma muy diferente. -Hubo un momento que ya no podíamos más, estábamos agotados, apenas podíamos respirar y hacía mucho frío, entonces Jon dijo que no podía continuar, de verdad mamá, se estaba muriendo. -No Raúl, sólamente estaba algo cansado y quería dormir.
Raúl, no daba crédito a la experiencia tan diferente que habían vivido. -Llegamos a una gruta y al momento nos quedamos profuntamente dormidos. -Al despertar, vi que estábamos dentro de una estrella, llena de luces pequeñas. -De verdad Raúl, yo únicamente vi una cueva oscura con una luz al fondo.
Raúl, se estaba desesperando con Jon, "como es posible, si hemos estado juntos".
-Entonces, la abuela Marí, me dijo que teníamos que volver, era urgente salir de allí. Y lo más curioso fué que unas estrellas pequeñas nos guiaron por otro camino y al momento nos encontramos en el pueblo.
Jon, ésta vez, movió la cabeza afirmando a Raúl.
No tenían mas que explicar, se hizo un silencio total, la mirada entre los mayores, volvía a ser extraña.
Rania, rompió el silencio y les dijo. -Habéis vivido una experiencia única y sobrevivido gracias a la ayuda de la abuela Mari.
-Hay muchas situaciones que cada uno la habéis percibido de una forma diferente, pero en el mundo existen muchos misterios que aún no estamos preparados para comprender, y cada ser viviente las razona de formas muy distintas.
El abuelo Rubén, sonrió, tenía un nuevo brillo en los ojos, en ese momento comprendió todas las historias que le contó su querida Mari. Al final de sus días le explicó que todos teníamos una misión y que no moriría antes de cumplir la suya. Lo cual sucedió el mismo día que aparecieron los niños.
Ahora porfín conocía su misión, que era explicar a su nieto todas las historias que nunca creyó de la abuela Marí, que ya se encontraba en su estrella preferida.
Y tú, mi querido lector o querida lectora, ¿Tienes tu estrella preferida?
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