La vida se basa en aprender.

Cuando llegas a ese momento de tu vida, ese momento en el que te das cuenta de que ya las cosas ajenas a ti y a los tuyos (los tuyos de verdad) no te afectan tanto, que te da igual cuando ves marchar a gente de tu vida sin decirte el por qué, que ya no te importa el que dirán, el que piensen de ti, como te interpreten porque tu conciencia está tranquila y tú sabes como eres, solo tú lo sabes, cuando ese momento llega, somos más felices.

Simplemente, el paso del tiempo y las experiencias, hacen que a lo largo de nuestra vida tomemos determinadas decisiones que nos hacen aprender, y yo sin duda alguna, he aprendido mucho.

He aprendo que las personas llegan y se van, como la vida misma, que los de verdad se quedarán a tu lado en lo bueno y en lo malo, y que los de mentira se irán a la primera de cambio, cuando no les intereses.

He aprendido que la familia es aquella que te apoya en cada paso, que te aporta y te soporta, y que no hace falta que sea de sangre.

He aprendido que las cosas no vienen solas, que si de verdad deseas algo, hay que luchar por ello, con todo nuestro esfuerzo y poniendo el alma en ello.

He aprendido que la calidad supera con creces a la cantidad, porque vale más la pena tener a poca gente pero de calidad, que cantidad y que te haga sentir vacía.

Mucha gente, los solía llamar amigos, se ha ido de mi vida, sin un por qué, sin decir adiós. Yo he aprendido a decir que no he pedido amigos con el tiempo, sino que con el tiempo se han ido, y me han perdido a mi.

Y lo más importante que he aprendido, que aunque no lo parezca, existen personas buenas en el mundo, las cuales nos brindarán su felicidad y su amor cuando lo necesitemos, sin pedir nada a cambio, las cuales convierten tu peor día en el mejor, y que su sonrisa ilumina tu vida, sin duda, cada uno de nosotros tiene a su persona ideal, y yo por suerte, he encontrado a la mía, y tengo la certeza de que pase lo que pase, siempre será así, y siempre será mi persona ideal.

La vida se basa en aprender.