Maddie... Será nuestro secreto

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Eran algo así como las 10:00 de la Mañana, ahí estaba yo, en la cama viendo  el perfecto rostro de muñeca que me tiene vuelto loco; Mientras la observaba recordaba sin querer todo lo que habíamos hecho la noche anterior, sus pechos perfectos, el sudor brotando de su piel, el sonrojo que me ponía a mil por hora. Sin embargo, toda esa fascinación termino cuando mi compañera se dio cuenta de mi presencia en sus aposentos.

Se levantó asustada de la cama, su cara de horror se incrementó al verse desnuda, y fue aún peor cuando me vio denudo. No dijo nada, solo tomó rápidamente la sábana para poder cubrirse y comenzó a llorar lentamente. Me levante, intente explicarle lo que pasó, me empujó para que me fuera del cuarto. Ella cerró la puerta y rogué que me escuchara, entre lágrimas pude escuchar que me pregunto qué tan lejos habíamos ido, cuando dije que a lo más lejos que se podía, comenzó a sollozar diciendo.

-y-yo… me cuidé todo éste tiempo… para confesarme… y…y… -

Mi corazón se partía, ella dijo que le gustaba desde que éramos niños, por lo que me había dicho Marco ella nunca había tenido un novio, o muchos amigos hombres.

-A-acabe arruinándome... Quería tanto…Quería tanto darte… fui-una fácil…fui una…puta…- termino en un gran llanto.

No sabía que responderle, estaba destrozada, comencé a sentir una horrible culpa, me había dado el lujo de aprovecharme de una chica inocente. En eso sentí que metían llave a mi puerta, corrí a mi cuarto ya que estaba desnudo. Era Marco y su polola. Escuche unos murmullos, me puse unos boxers rápido, y una camisa, fingí que estaba algo dormido y me dirigí al baño, Sofía me saludo al igual que Marco, Noté que venían ebrios a más no poder, se metieron al cuarto de Marco, y lo siguiente que se escuchó en el piso fueron gritos de lujuria y placer. Maddie estaba encerrada en su cuarto, aún así estoy seguro de que esos gemidos llegaban hasta sus oídos.

Más tarde me dispuse a cocinar para el almuerzo, esos dos alcoholizados universitarios yacían plácidamente desnudos y con la puerta abierta y Maddie seguía encerrada. Sentí abrirse el seguro de la puerta del dormitorio del fondo, de allí salía la chica a la cual le había quitado su pureza, se dirigió a la cocina y en camino diviso a su hermano y cuñada descansando después de su “Faena”, su cara se puso muy roja, sus ojos seguían hinchados debido al llanto se dirigío hacia mi y me pidió disculpas por el alboroto.

-Yo… yo soy quien se debe disculpar, sabía que estabas ebria-

Ella apretó sus brazos contra su cuerpo

-Pero…- sus ojos llegaron al suelo –Después de que dijiste que estabas enamorada de mi… no pude controlarme-

-yo… ¿me confesé?-

-S-si…-

-y… ¿tú… qué dijiste?-

-te besé- dije desviando la mirada hacia la olla

-Estoy tan avergonzada…- algunas lágrimas se asomaron por sus ojos, me acerque y con sumo cuidado pose mis labios sobre los suyos. –Me gustas- le dije lo más bajo que pude. Ella tímida me miro embelesada, como si no creyera que estaba declarándome, pero recordó la amistad que mantengo con su hermano y su ilusión desapareció.

-Si te complica no le diremos de lo nuestro- aseguré, ella asintió con la cabeza sin despegar sus ojos de los míos.

Llegó la tarde y nosotros nos sentíamos incómodos, la borrachera de Marco y Sofía había terminado, por lo que el primero la fue a dejar a su casa. Maddie estaba sentada a un lado mío algo tensa, la verdad necesitaba urgentemente cogerla, después de la película porno en vivo que pude apreciar de parte de su hermano mayor y su noviecita me encontraba bastante ansioso, La dulzura estaba cambiando de canal a la tv, buscaba una película romántica o de comedia y accidentalmente llegó a una película en donde estaban manteniendo relaciones sexuales explicitas.  Se puso tan nerviosa que se le calló el control remoto, tomé su mano y no deje que cambiara de canal, la besé una y otra vez pero ella no captaba, así que decidí ser más brusco. Me abrí el cierre del pantalón, y saqué mi erección de entre mis boxers, ella se puso rojísima, le besé el cuello y le hice un gran chupón, ella se estremeció, tomé su mano y la hice masturbarme, para lograrlo ella tuvo que agacharse un poco, lo que me permitió ver su enorme delantera de primera fila. Cuando ya estaba listo la recosté en el sofá, le quite el short y su ropa interior, acerque mi boca, y aunque ella decía una y otra vez que no lo hiciera ya que era un lugar sucio, introduje, di vueltas y lamí cada parte de su cavidad hasta hacerla gritar. La acomode, desabotone  su camisa a cuadros y yo me quite la playera, luego le subí el brazier para lamer, chupar y jugar con sus pechos; Me levante y la observe mientras  ....


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