El frío de tu cuerpo se desata en mis manos de una forma inimaginable, al recorrer cada rincón con mis labios todo se torna racional. Tú respiración cada vez se acelera más, el palpitar de tu corazón es igual que el aleteo de un colibrí, aprietas ttus dedos cada vez que produces un gemido, ese gemido fino que me alienta a probar tú piel de una manera salvaje, el encanto de tener mi rostro entre tus piernas se vuelve excitante. Pasan los minutos cuales fueran años, eres tan inevitable casi como respirar, tus bellos se erizan de una forma espectacular, los lunares de tú cuello se ven afectados por los chupetones que eh marcado, tus mejillas se tornan de color rojo, tus labios están secos por mordértelos mientras tú cabello se despeina como si le pasaran un huracán en sima. Todo esto se vuelve un picardía, solo el sofá de tú sala es cómplice de lo que paso aquella noche; si tan solo basta con decirte que te bese hasta la sombra.
-Marco.R-
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