Momentos con Mercedes II

Salimos del bar tomados de las manos y mientras caminábamos aprovechábamos cada espacio oscuro para besarnos, para probar un poco más del otro. En cada parada nuestros besos eran más apasionados, fogosos y buscábamos nuestras partes íntimas para acariciarnos. Ella despertaba una pasión descontrola en mi.

Tenía el cabello rubio, medía cerca de 1,68 metros, sus piernas eran delgadas y bien torneadas. Ese día vestía como toda una ejecutiva, botas negras de tacón, blazer y pantalón gris ajustado al cuerpo, el cual resaltaban su fascinante figura. Sus senos eran pequeños, pero igualmente deseables como una jugosa fruta.