Sólo tu podías parar esto. Evitar que la muerte te rondase, era sólo cuestión de tiempo, pero no estabas dispuesto a parar bajo ningún concepto.
La necesidad se apoderaba de ti cada noche, siempre sediento de sangre. Siempre a un paso de la muerte.
Cada dia te era mas dificil esquivar a la muerte y parecía que necesitaras que alguien se encargara de ti, para dar término a este suplicio.
Jamás te distes por vencido y yo nunca quise que alguien que llevara mi sangre acabará de tal manera, pero solamente tu, te buscastes tantos enemigos y el principal era yo.
Pasé la noche en vela por tu culpa, dandolé vueltas a la cabeza y por fin te encontré.
Posado en aquella cortina, saciado de mi sangre y no lo dudé ni un instante.
Aplasté tu cuerpo de mosquito hasta verte vomitar todo lo que me habías quitado.
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