Jefe

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Era todo él: su porte, su cabello, su voz, su presencia, su olor y esas manos que cada vez que me sujetaban por la espalda cada día por la mañana junto con su característico beso en la mejilla hacían temblar mis piernas y estremecer cada parte de mi cuerpo, recordando lo bien que lo pasamos esa tarde en su despacho.

Como siempre odiaba revisar pendientes con él ya que sus cinco minutos, eran media  hora o la hora entera, no podía esperar su: - “es todo puedes retirarte”, y muy en el fondo lo esperaba porque no podía resistir estar cerca de él y no besarlo, era una peligrosa tentación ya que nunca me había dado motivos para creer que pudiera pasar algo más que una relación empleada-jefe.

Esa tarde quiso revisar varios asuntos, tenía planes no puede ser, ya que me quiero ir le susurré a mi compañera, no había sido un día bueno pues habíamos tenido ciertas diferencias durante la semana, así que tome mi libreta, pluma y algunas hojas que tenía que revisar y pasé a su despacho, después de revisar los varios pendientes me miro, sonrío y dijo:

-Deja de mirarme de esa manera, ahora estando solos puedo percibir mejor tu mirada coqueta y traviesa, y sabes qué?  Me encanta.

No lo podía creer después de haber hecho mil intentos por disimularlo se dio cuenta, pero está bien eso aligeraría la tensión, espere un poco y sonreí lo mire y conteste – Eres un hombre interesante atractivo, abrió la puerta y pude percatarme que estábamos solos en la oficina era viernes y todos se había retirado.

Se paró de su silla,  salió de su oficina y puso seguro a la puerta, sabía lo que quería, sabía que tenía que aprovechar el momento. Regreso me  levanto de la silla y me pego contra la pared, empecé a mojarme no podía creer que por fin pasaría el momento con el que tanto había soñado y delirado en mi recamara desde hace ya algún tiempo. Sentí sus manos sobre mi cintura, me tomaba con fuerza mientras me besaba con una pasión extraordinaria llena de deseo y ganas, desabrocho mi blusa y poco a poco mi sujetador, me mojé aun más, una de mis manos recorrió su cabellera abundante negra y su espada y la otra se deslizó  sobre su polla, estaba dura, caliente y sentía como iba a reventar.  

Tomó una de mis tetas y la empezó a chupar tan rico que no pude evitar gemir, desabrocho  mi pantalón y toco el tanga ya mojado mientras me sentaba en su escritorio bajo su cabeza y paso su lengua sobre la delgada tela que  me cubría y susurró –Así te imaginaba tan rica!! La hizo a un lado y empezó a jugar con su lengua, gemí. Metió uno de sus dedos en mí.. ohh… si!! Mis jugos lo recibieron de inmediato.

Desabroché su pantalón y lo bajé junto con el bóxer, me gustó, lo vi era mejor de lo que lo había imaginado, lo tomé con la mano lo recuerdo bien:  grade, duro, grueso, caliente todo para mí, no pude más lo avente en la silla me arrodille y empecé a jugar con mi lengua primero la punta, después la cabeza, me tomo por el cabello y empezó a moverse en mi boca, una de sus manos pasaron mis tetas, ponían mis pezones más duros, empecé a chuparlo con pasión y ganas tan rico que veía en su rostro el reflejo del placer, así recorrí  cada parte de su polla jugué con sus bolas, las chupe y seguí jugando con su glande y mi lengua, pude reconocer que le gustaba tanto que me pedía que no parara.

Me levantó, me quitó el tanga y me sentó en su escritorio, pasó su polla por mi rajita ya mojada excitada, tomó mi cadera y entró en mi, gemí de tanto placer que sentía.

-Así te gusta?

-Sí, así, cógeme más, más rico…. Ay!!! Si!!

Empezó a embestirme con más fuerza, más firme jugaba con mi clítoris, pasaba sus dedos y los movía en pequeños círculos que dejaban ver su experiencia de hombre maduro, me tomo del cuello sentía como mi culo hacia rechinar el escritorio, me envistió con más fuerza, mis tetas se movieron al compás de sus entradas, volvió a quedarse en mis piernas a jugar con su lengua. –Tal como quería verte, tan rica, toda para mí. Sus palabras me llenaron de más deseo y ganas de placer. Me beso y empezó a embestirme me hacia sufrir, así que empezó a hacer lento, a entrar poco a poco en mi hasta que podía sentir como estaba en lo más profundo de mi y cada parte de mi ser amaba esa polla, grande y gruesa. Me miró  le regrese una mirada en complicidad y lo aparte sabía que estaba a punto de terminar… no quería así que decidí que era el momento perfecto  para darle un respiro, pero tomar el rumbo de la acción yo….

 

Continuará…


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