Solo un beso Parte VI

El reencuentro

Casi seis meses después de ese final se volvieron a encontrar los cuatro en una comida familiar en donde hacían carne asada. Él, más por inercia que por otra cosa, de nuevo le dio un beso en la mejilla a Ariana. Ella estuvo distante como si él no existiera. Como un relámpago fue la visión que tuvo Eric de las piernas de Ariana que al sentarse, en un flashazo le mostró los encantos que él había conocido perfectamente. Al poco rato alcanzó a oír que le decía a Araceli, “¿Rubén? No, ya no está aquí, se fue a España al parecer para siempre”. Araceli le había preguntado por ese amigo de España que había ido a la casa de Ariana y Eric varias veces a comer o a cenar.

Él sabía que ese tal Rubén era el otro amante que Ariana había tenido. Un tipo que había conocido en su trabajo y que hasta estuvo platicando con su esposo de manera muy amistosa. No supo porque sintió tanta emoción al enterarse de la noticia.

En otro momento de la reunión, sin querer, cruzaron las miradas y ella se las arregló para comentar sobre la partida del español y preguntó de una manera cifrada: “Nada es para siempre ¿No crees Eric?”. “Quizá”, dijo él dirigiéndose más bien a Araceli, “pero muchas cosas renacen. ¿No crees Araceli?” Y le sonrió a su esposa como sonríe un cómplice malicioso. Los únicos que no entendieron la intención del banal comentario por supuesto que fueron Araceli y Arturo el esposo de Ariana, pero no le dieron importancia.

Ariana no supo si eso significó un rechazo o una afirmación de su ex amante Eric. Sin embargo lo descifró muy pronto cuando él se las arregló para encontrarla sola en la cocina. La abrazó y la besó en un acto suicida pues todos estaban afuera a menos de cuatro metros de ellos. El beso fue intenso, húmedo, profundo y lo suficientemente largo para saber lo que iba a pasar después.

Salieron sin decir nada y siguieron departiendo en su mundo de muchos.