Miradas que hablan por si solas

   Siempre intento separar mis labios para decirte mis sentimientos, pero...tu mirada me lo impide. Es como si dijeras... para, mírame a los ojos, ¿no lo ves? ¿no es obvio?

     La verdad que para los temas de las miradas soy un poco cegata. Pero para hablar  no me gana nadie. Podría tirarme horas y horas contándote anécdotas curiosas o sentimientos extraños. Pero cada uno tiene su forma de expresar lo que siente y no por ello va a ser menos importante.

   Pero también yo tengo mis secretos, no sólo tu mirada es mi motivo de negación. Hay momentos en los que me detengo cuando veo que tu mirada no se centra en mi, sólo en algún momento que otro determinado. Aunque la busque no logro encontrarla, y ahí es cuando me pongo recta, suspiro y me muerdo la lengua.

  Tus motivos tendrás, todos tenemos nuestras cosas, como el nerviosismo, sentimiento diría yo que mutuo. Pero eso no quita una cosa de la otra, mis ojos siguen brillando como el primer día y mis pupilas toman la acción de dilatarse.

  Me reiría si dijera que soy capaz de describir tus ojos cuando está claro que yo no tuve mucha ocasión de estar frente a ellos mas de cinco minutos, pero si te puedo decir que me he sentido más especial que alguna otra chica que haya podido apreciarlos desde muy cerca y durante un largo período de tiempo.

   Oí por ahí que se puede fingir todo lo que uno quiera, pero que una mirada siempre lo confesará todo. Yo no lo niego porque cada vez que te miro, no tengo ganas de mirar a nadie más. Y es ahí donde aprendí que las miradas, siempre, pertenecen a la persona que los hace brillar.