No te vayas... por favor, no te vayas...

Cuántas veces me mentí en mitad de la noche, creyéndote mía mientras dormías, y es que; sin tu presencia no soy más que un apático ente.
Tormenta, todo perdí allí sin consciencia; no me importó al principio hasta que desvaneció llevándose lo que vivía.
El mundo delante de mí partió dejándome atrás. Desconsolado, sollozos exhalaron aunque inaudibles eran; su alma estaba muerta.
Y... te amé, pero murió en las promesas como derretida la nieve termina causa de la primavera.
La noche; sóla, inexploraba y peligrosa me atrae, recuerda a caer en tu abismo sin paracaídas.
Anhelo sin descanso tus abrazos, esos que decían tanto sin poder hablar.
Propósitos encontrados necesito para olvidar lo ocurrido sobre dos seres sin nada que ganar y mucho que perdieron.
Arriesgué, y en el intento acabé; exhausto, errante persona sin esperanza.
Manos vacías quedaron, al escaparte como el polvo de estas.
Tenía fé en ti, y la fé lo es todo; duramente lo intenté pero sólo lo empeoré.
Y me aferraré a todos los recuerdos y a cada última cosa que me dijiste.
No veré las cosas del mismo modo, nunca más.
No te vayas, no te vayas... por favor; no te vayas...