Denunciar relato
Repugnancia. Eso es. Estrictamente repugnancia. Puramente repugnancia al escuchar como aquellos que están instalados en la enésima planta de un bloque de cristal, mirando el horizonte por encima de millones de mortales, dan lecciones de moral en tanto pisotean la dignidad intelectual. La razón, la recta razón, si fuera un ser humano, sentiría precisamente esa pura repugnancia al escuchar esas gélidas palabras que caen, desde la enésima planta, como copos de nieve sobre la dignidad intelectual, dejándola helada, petrificada… muerta.
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