Sonó el teléfono y volvió a sonar una y otra vez, así estuvo durante al menos una hora; era media noche y Marta se acababa de acostar.
¿Por que había sonado durante tanto tiempo aquel teléfono?, y lo que era más inquietante ¿de donde procedia el sonido?
Marta estaba sola en casa y el sonido parecía proceder del otro lado de la pared, pero eso era totalmente imposible ya que al otro lado de la pared no había nada, se encontraba en un quinto piso de un apartamento aislado por los cuatro costados.
No pudo dormir en toda la noche pensando en aquel extraño suceso.
A la mañana siguiente al llegar al trabajo comentó lo sucedido con sus compañeros, todos le contestaron que habría sido un sueño, pues no había otra explicación.
Marta pensó que tendrían razón pero para ella había sido todo demasiado real.
Al llegar la noche y a la misma hora volvió a escuchar de nuevo el mismo sonido, lo cual la inquietó muchísimo. No podía estar pasándole aquello a ella, no era un sueño,
Escuchó atentamente y de pronto sintió una voz femenina que la llamaba.
- Marta abre la puerta, soy yo Julia.
Marta abrió la puerta y no había nadie, lo cual le produjo un escalofrío helado que recorrió toda su espalda.
¿Que estaba ocurriendo? Marta se sentía aterrada así que cogió algunas prendas, las metió en una bolsa de viaje y salió por la puerta con intención de dirigirse a casa de su hermana Julia.
-Desconecten todo, la paciente ha fallecido!!!
Marta había estado en coma tres meses en la planta cinco de aquel hospital y aquellas dos últimas noches casualmente su hermana Julia, enfermera, le había tocado guardia y a las doce había llamado desde su lado a la familia para darles el parte diario de su estado.
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