A CIEGAS Y ATADA

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Ayer hablaba con Jon. Le conocí en un chat y enseguida creamos complicidad. En realidad, había muchas coincidencias e, incluso, a ambos nos gustaba escribir. Llegamos a conocernos físicamente y nos hicimos amigos. Una amistad que ha perdurado a pesar de un par de años de alejamiento. Hace unos meses, lo encontré tras un blog y contacté con él. Nos vimos, recuperamos cosas perdidas y reanudamos nuestra amistad.

Ayer quedé con él y hablamos del "boom" que está teniendo el sado. De pronto, me coge de la mano y estira de mi hacia el dormitorio. Nada más entrar me besa el cuello. Cálido, en la base de la oreja. Suave. Húmedo. Me gusta y me reclino en él. Acaricia mis nalgas con suavidad pasmosa y pellizca mi culo a la vez que muerde mi oreja. Me quejo con un ¡ay! porque me ha dolido. Me da un azote. Fuerte. Giro la cabeza para protestar y aprovecha para besar mis labios. Un beso ardiente, apasionado, muy mojado. Presiona, afloja, juega con la lengua, vuelve a presionar. Introduzco la mía en su boca. Me da otro azote en el culo. Abro y es su lengua la que busca la mía. Tengo el culo muy caliente. Y la boca. Y el coño. Me muerde los labios y mi cuerpo se estremece. Acaricia los pechos, los pezones por encima de la tela. Los pellizca fuerte y salto como un muelle. Me duele pero, junto con el dolor, un ramalazo de placer me hace gemir. Mi coño palpita cargado de deseo, pidiendo manos, boca o lengua que lo acaricien. Una polla que lo llene. Siento correr líquidos por mi interior, surgir entre los labios y resbalar por los muslos.

Llevo una mano a la bragueta de Jon. ¡Zas! Me gano otro azote y otro...luego acaricia el culo muy suave. Besa mi cuello con pasión. Retuerce los pezones. Estoy súper excitada. Empapada. Suplicando que me haga cualquier cosa para llegar al orgasmo que presiento ya. Toma en un puñado el anegado coño apretándolo. Gimo. Siento los jugos traspasando las bragas. Tenso los músculos. Suelta mi coño y me da una fuerte palmada en él. Grito. El placer retrocede. Quedo expectante, deseosa. Necesito correrme pero Jon no me deja. Me tira en la cama y me da un azote más. Me duele y me excita. Un calambre recorre mis entrañas. Me muevo entre el picante dolor de mi culo y el excitante ardor de mi entrepierna.

Él manda. Echa la tela del vestido por encima de mi cara. Estoy a ciegas. Me acaricia el coño y me da permiso para "tocarme". Llevo una mano a la vulva que me arde, frotó el clítoris y me meto dos dedos. Oigo su respiración agitada. Lo imagino con la polla en la mano acariciándola mientras me masturbo. Siento que mis entrañas se agitan iniciando el orgasmo. ¡Voy a correrme! Me agarra la mano sacando los dedos de dentro. De nuevo el placer retrocede. Anuda un pañuelo a mi muñeca y la ata al respaldo de la cama. Luego la otra. Un cúmulo de sensaciones me recorre. Cruzo las piernas para apretar mi sexo. Las tenso. El placer empieza a formarse de nuevo. Jon me las separa. Pellizca fuerte un pezón y el clítoris. Me estiro. Mi vientre se eleva dejando la vulva expuesta. Jon aplica un azote en ella. Chillo de dolor, de placer, ¡no se! y exploto con una tremenda corrida que inunda el coño, los muslos y la mano que Jon dejó sobre él. Mi cabeza está entre nieblas. Tiemblo toda. Mi mente aún no ha dejado de sentir las caricias, las sensaciones, el dolor...el placer. El tremendo placer. Acabó de tener un orgasmo bestial y mi cuerpo sigue en la cúspide deseando más. ¿Dónde está Jon?... Silencio.

Editado de: pielyplacer.blogspot.com  -  ©Almeza R.


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