Denunciar relato
Noche, alcohol y viejas penas, entre tanta oscuridad solo las almas son visibles, el vago instinto humano se arrastra enredando las palabras, esperando encontrar salida fácil al inocuo interés personal en la mutualidad. En aquel lugar donde la luna parecía el único ente testigo, yacía yo arrancando el pasto mientras los pájaros cantaban y el agua fluía libre sin detenerse a escuchar mis problemas. El grito natural de la poderosa ambientación me dejaba en claro que cada día entiendo menos al ser humano.
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