Mantras, poder y desapego
Por Tarrega Silos
Enviado el 23/03/2013, clasificado en Humor
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Poder y desapego: Mantras mexicanos
En la disyuntiva de la visión latina, el hombre que se debe así mismo, se vuelve solemne, personal y distante. Ésto es claro en la actividad política, tan llena de figuras conocidas et urbi, no necesariamente depositas de confianza. Porque la conciencia, puede construir popularidad pero no lo contrario. Compromiso y pasión, generan partes y su diversidad la potencia de la confrontación, aristas del dilema del poder.
Sin excepción, todo acto tiene consecuencias. Lo dicho, omitido, caminado, o dormido. En cada acto pesa la responsabilidad de estar vivo. Carecer de esa conciencia no exime. Eventualmente todo hombre es aristotélico o platónico.
Así ésta ola de pragmatismo, que privilegia resultados, ahora se allega de la perspectiva oriental de la eternidad y sus múltiples ciclos. Empalmando a la tradición de los Mantra, expresiones del desánimo, y la negativa de aceptar el mundo sin integrarnos a él, de la América Latina cotidiana, produciendo "Mantras de elasticidad latina". Liberar pretendiendo una distancia (que no existe), construida en reacciones populares flamantes y rebautizadas como "Mantras Mexicanos" del estilo: "Me vale madre", "A la chingada" o "No es mi pedo", son presentadas como lícitas proto fórmulas para aligerar el equipaje mundano. Esto nos recuerda una cuestión: ¿Cuando la trasformación del espíritu ha sido fácil?. La filosofía del descargo, aligera y desiste del mérito. Pero las responsabilidades, no desaparecen por olvido o desprecio.
La autoconciencia, ligada al estado de vigilia al que tantas generaciones se han referido, crece en lo alto de una montaña, cuyo acceso no es un camino ligero, sin duda es una dura marcha con pendiente en contra, a la cual, naturalmente no estamos predispuestos.
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