Días Estériles

Días estériles, tomando doble sentido. Dos caras persiguiendo cada cosa, cada ser. Van y vienen detalles, el amor crece irónicamente, el demostrarlo se vuelve menos adyacente, más lejano. Nos volvemos condescendientes.

Hay que celebrarlo. Felicidad pura. Felicidad. ¡Felicidades!

Pero si es claro. No caigamos en la arena movediza, no cedamos sin premisa, no caigamos en la tentación absorta de la multitud que invade cada vez nuestro pensamiento.

Es un día simple, todos han hecho este día tan complejo. Sólo queda decir que el amor y la amistad no se dan sólo en un día.

Detalles que cautivan, que enchufan la conexión del corazón. A veces hace corto y nos lastima. Lastima la naturalidad, pues es absurdo enamorarnos por detalles dados en una sola ocasión.

Sólo queda decir que el amor y la amistad no se dan sólo en un día.

Felicidad, amor, paz, amistad, alegría. Logras ver esos rostros conmocionados de la noción, de la emoción. Es admirable ver este fulgor.

Lástima que sea sólo un día, lástima que pronto esto termina.

Eso es lo malo de los días estériles, que éstos jamás llegan a dar vida...