Espabilao

Mi nombre es Espabilao y soy el Morlaco Albardado de cuatrocientos  kilos de peso que fue el toreado en la Maestranza en la corrida de la feria de abril . Era el quinto de la tarde y la faena prometia ya que iba a ser lidiado por el gran maestro  ”El Apañao de Triana” . Había sido elegido entre los mejores mihura de noble estampa y bravura, criados para  morir en la arena en una batalla desigual entre el hombre y la bestia. El único inconveniente era que la muerte no entraba en mis  planes y no estaba dispuesto a participar en aquel circo para servir de diversión a una manada de hombres. Al  salir del toril, no embestí, ni coceé ni me lancé a la carrera, sino que en paso muy lento di un paseíllo cuadrandome  enmedio del ruedo. El diestro salió del burladero vestido de oro y grana dispuesto a marearme con la muleta. Lo ignore completamente , hice como si no existiera,  manteniéndome aplomado en el centro,  aquel individuo horteras tendría que ingeniársela de otra manera si quería darme la estocada. De pronto otro tipo con el mismo atuendo atroz  que el primero , dió un salto sobre mi ,  clavándome  en el costado dos pinchos de colores que me provocó un dolor lancerante y me hizo sangrar  abundantemente . Pero mi querencia a la quietud me mantuvo firme y no lancé ni un bramido. El tendido empezó a impacientarse, abuchearme, me  llamaron rajao, cunero, resabiado y burriciego. Pero a mi,  todo  aquello me resbalaba, pensaba que aquellos salvajes necesitaban algo más que  insultos para torcer mi voluntad . Finalmente fui devuelto a los corrales por manso, desde entonces vivo feliz en la dehesa  como semental de raza, siendo un leyenda viva para los demás astados, mi gesta fue el comienzo del fin de las reses bravas.