Denunciar relato
Tomaron aquella última copa, en silencio, sin mirarse a los ojos, para no revelar la verdad.
Se sentaron en el jardín, sobre un banco de madera ya vieja y corroída, la misma que en otras ocasiones, había sido el lecho de sus encuentros nocturnos.
La luna no había salido esa noche, quizás le faltaba valor para verles a la cara.
No hubo brindis, ni palabras, ni roces, ni siquiera un adiós, cada quien con su copa vacía en la mano, se fueron alejando lentamente, sin mirar atrás.
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