EL HUÉSPED INFORTUNADO
Por cristylove
Enviado el 04/03/2016, clasificado en Terror / miedo
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Como es costumbre cada cuatro meses me registro en el mismo hotel luego de culminar las negociaciones de la empresa donde trabajo, soy cliente especial, siempre la misma habitación con el mismo decorado sobrio pero elegante, sin embargo no es el mismo gerente quien me atiende, al parecer ha fallecido recientemente y ha cambiado de dueños. Igual decido quedarme. El nuevo gerente me recibe de manera fría, más bien algo tosco.
-Buenas noches, soy Cristóbal Herrera, me gustaría hospedarme por esta noche en una de sus habitaciones, si no hay inconveniente en la 14B.
-Buenas noches Sr. Cristóbal, no tenemos en este momento habitaciones disponibles.
Insisto de manera cortés pero recibo otra negativa.
-soy cliente asiduo de este hotel, si quiere puede revisar los registro de hospedaje.
Sin embargo aquel extraño vuelve a negarme la habitación.
Ya es muy tarde para emprender de nuevo el viaje, no me gusta conducir de noche, cansado y con ganas de comer, necesito reponer energía para continuar en las primeras horas de la mañana.
-Disculpe mi insistencia, pero realmente necesito descansar, llevo muchas horas manejando, requiero un buen baño y una cena decente para así recuperar fuerzas.
Luego de insistir y de ofrecer pagar más por la habitación, el gerente accede a darme la habitación 13B.
Ya no estoy de ánimo para cambiar y acepto, aunque pienso que no vendré más y cambiare de hotel en mi próximo viaje de negocio. Recibo la llave, agarro mi equipaje y me dirijo al corredor para ubicar la habitación. Noto algo extraño, no me había dado cuenta del silencio cómplice del lugar, más cuando supuestamente no hay habitaciones disponibles, no hay personas en el bar incluso tiene el aviso de cerrado.
- Estoy tan cansado que no me he percatado que de repente los nuevos dueños están haciendo reparaciones y por ello no hay habitaciones disponibles.
-Que despiste el mío, mañana pediré disculpa por mi insistencia.
Entro en la habitación, dejo mis cosas en la cama, me aflojo la corbata y me dirijo al baño.
Me decido a comer algo ligero pues tengo mucho sueño. Llaman a la puerta y un hombre de aspecto pálido trae mi pedido, se marcha sin decir ni una sola palabra igual le doy las gracias.
Ya en cama a punto de dormir, escucho un ¡crac! Me produce inquietud, sin embargo trato de hacer caso omiso.
La noche se transforma en una batalla grotesca de ruidos que me mantienen en vilo y sin poder conciliar el sueño, no obstante no puedo levantarme, peso más de una tonelada y ni siquiera logro emitir ni un gemido, algo inexplicable sucede en este lugar y no puedo hacer nada.
Escucho gritos, lamentos, golpes- ¡Dios! Estoy perdido- sigo sin poder moverme, mi corazón se desboca en un tum túm que poco a poco va disminuyendo hasta casi ser imperceptible. Alguien va entrar. Pierdo la conciencia.
Son aproximadamente las 6:00 am, me encuentro en la afuera del hotel, observo a unos oficiales de policía correr de un lado a otro, otros colocan unas franjas amarillas en los alrededores, no entiendo que sucede, trato de buscar ayuda pero es inútil. Fijo la vista en unos bultos negros colocados en fila en el suelo. Avanzo hacia un policía para dar mi declaración pues estoy seguro que he sobrevivido a una tragedia
-Oficial, necesito que me atienda, exijo saber que ocurrió. Soy huésped del hotel.
Insisto, pero no me escucha.
Empiezan a recoger los bultos y uno de ellos queda expuesto, alcanzo a mirar cuando de repente... -¡No es cierto! ¡No puede ser! ¡Nooooooooo!
Mientras el forense comenta con otro- ¡pobre hombre! fue último en morir.
-Sí, que masacre tan espeluznante.- responde.
Entregan las identificaciones de todos los fallecidos al oficial a cargo, desdichadamente mi nombre resalta entre ellas...
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