Disfrutando con ella P-III

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Al llegar se dirigió a su cuarto para acomodar sus compras. Recordé lo que había pasado cuando me duchaba por lo que decidí actuar me dirigí a su cuarto y sin tocar la puerta entre no lo creía se estaba midiendo ese coordinado, al verme entrar no dijo una sola palabra, me quede parado observándola era perfecta, debido al tamaño de su trasero la falda no lo alcanzaba a cubrir, por lo que sus cachetes estaban totalmente a mi vista, se giró dejándome verla totalmente, la tenga solo cubría los labios de su vagina, pude ver que su coño estaba totalmente depilado, giro nuevamente dándome la espalda y con un movimiento sexy se agacho dejándome ver el esplendor de su culo, se levantó giro me voltio a ver, con un caminar muy sensual se acercó hasta mí, mi pene estaba a punto de estallar, me dolía pues quería ser liberado, al estar ella frente a mí se acercó a mi oído, con una voz sensual dijo.

 –te gusta lo que ves? Asentí con la cabeza.     – sabes que no está bien lo que has estado haciendo verdad?  Me desconcertó su pregunta y con cara de duda. –Crees que no he notado que buscas en mis cajones mis tangas?, aunque pobre de ti solo has encontrado esos cacheteros, crees que ayer durante el juego no sentí como me tocabas, y eso es muy malo porque me dejaste caliente, a mí me gusta hacerlo diario dos o tres veces pero tengo dos pequeños problemas, el primero tu tío se encuentra fuera de la ciudad y el segundo el ya no me puede satisfacer totalmente desde hace ya 3 años solo me folla una o dos veces al mes y ahora con lo del trabajo en su semana que está aquí solo me lo hace antes de irse y siempre igual termina el y no le interesa si yo estoy satisfecha. Crees que eso está bien? Y sin más con su mano apretó mi pene. – Pero por el amor que siento hacia su persona solo le he sido infiel con esos amantes plásticos y voltio hacia su cama en donde los tenía.

 Continuaba apretando mi erecto pene cuando siguió –Crees que no te he visto como disfrutabas anoche del espectáculo y gracias por dejarme ver cómo te pongo, entonces comenzó a masturbarme por encima del pantalón, acerco sus labios a los mios y me dio un pequeño beso, subió hasta mi oído y susurro. –Crees que está bien lo que hace tu tío?

Respondí – A una mujer como tu es muy importante tenerla satisfecha y darle verga cada que ella lo pida, y si no la pide también hay que darle, fue entonces cuando la tome por las nalgas y le di un gran beso pude sentir su lengua luchando con la mía, acercaba mi pene a su vagina, acariciaba con locura sus nalgas, recorría suavemente su espalda y encajaba mis uñas nuevamente en esos duros cachetes.

Fue entonces cuando repentinamente me alejo de ella. –Esto no está bien nunca le he sido infiel a tu tío, además eres mi sobrino, perdón sal de mi cuarto esto no puede suceder. Me desconcertó pero sabía que ella estaba caliente y deseosa de carne. Antes de salir de su cuarto baje mis pantalones libere mi pene el cual apuntaba hacia arriba (según creo es un buen ejemplar 23cms de largo por 5cms de ancho), ella se había sentado con la mirada hacia abajo (creo que por tristeza) por lo que no pudo mirar lo que hacía así que me acerque a ella y me pare a su lado.

Al darle una ligera palmada en su espalda ella voltio y vi en sus ojos lujuria total al tener mi pene prácticamente en su cara, entonces ella lo tomo con sus manos, lo admiraba, sabía que lo deseaba, así que con delicadeza la sujete por la nuca y lentamente comencé a dirigir mi pene a su boca, ella por su parte se dejó llevar, al tenerlo frente a ella, le dio un tierno beso a la punta, lo cual me erizo, con una de mis manos comencé a acariciarle la cara y bajaba hasta sus senos los cuales acariciaba por encima de la blusa, lentamente sentí como ella se soltaba y comenzó a lamer mi pene, entonces solté su nuca y con mis manos me concentre en liberar sus senos, le desabotone la blusa me moje las yemas de los dedos con mi saliva y acaricie sus pezones en círculos, los pellizcaba no tardaron en ponerse duros y erectos, ella por su parte lamia mi pene desde la punta hasta la base, regresaba y se la metía, con una mano la agarraba y con la otra acariciaba mis testículos, los pellizcaba sacaba el pene de su boca. Me lamia y succionaba mis testículos todo esto con gran gusto como si de un manjar se tratara, así estuvo un rato yo no quería que parara quería que siguiera y cambiar de posición a alguna en la que yo pudiera acariciar más que sus senos.

Pero también pasaba por mi mente el que si la sacaba del trance en el que estaba recapacitara y nuevamente me pidiera que saliese del cuarto dejándome a medias. Fue entonces cuando vi como ella se acariciaba el coño, estaba como una loca deseosa de tener mi pene dentro de ella, entonces sin más se lo saque de la boca, la tome entre mis brazos y la invite a pararse de la cama, así lo hizo la abrace y la bese. –hazme tuya, hazme sentir como una zorra.


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