La piedra de afilar agujas

Aquel niño tendría unos 7 años, cuando dos mozos vecinos de él, le mandaron con una bolsa junto a otro vecino mayor, que le diera la piedra de afilar agujas. Lo que es la inocencia de los niños, pues este, aunque cuando salió en busca de la dichosa piedra, vio que los mozos quedaban sonriendo, en aquel momento no se dio cuenta de que era una broma la que le estaban gastando.

Nada más llegar el niño junto al vecino y decirle lo que le pedían sus camaradas, este ya se dio cuenta de que era una broma: metiéndole en la bolsa una piedra que por allí encontró, que para la edad del niño era muy pesada. Salió el niño cargado con la piedra hacía donde estaban los mozos, llegando agotado junto a ellos y estos al verlo llegar con la piedra reventaron a reír a carcajadas, porque su ocurrencia había funcionado. Quedando el niño burlado muy enojado, que nunca lo olvidó en su ya larga vida, aunque ahora se lo toma a broma y se ríe cuando lo cuenta.