Pequeña, no hagas nada, no sufras, sólo vive y se feliz. Maravillosa criatura, distante y efímera, no te limites a observar y participa; arrójate y disfrútalo. No permitas que tu luz se apague; no dejes que el fuego de tu corazón se extinga. Entrégate a la emoción y al fervor, pero no te apagues. Maravillosa criatura, sonríe e ilumina la vida de todos cuantos vean esa maravillosa sonrisa, que si para unos pasará desapercibida, para otros cambiará su vida de arriba abajo. Pequeña, no tengas miedo a perder y menos cuando piensas que ya has perdido; no tienes nada que lamentar. Eres perfecta. La perfección no muere; prevalece. Pero, por ahora, no despiertes y sueña, cielo. Que el mundo onírico te acoja en su seno y te de el calor que tu frío corazón tanto anhela. Mañana será otro día más.
Comentarios
COMENTAR
¿Te ha gustado?. Compártelo en las redes sociales