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Me mira con amor, parece seguir igual qué cuando me dejó, y me partió el corazón, mí vida entera. Mientras yo he engordado y me he hecho vieja, èl sigue igual que la ultima vez. Su media sonrrisa me sigue afectando. Me coje la mano ha modo de disculpa. La rabia se apodera de mi. Cojo la barra de chorizo del suelo y empiezo ha darle en la cabeza. -¡ Esto por todo el daño que me hiciste!. Y hecha ha correr. Entonces escucho la risa de mí amiga Sara: -¿ No podías haber encontrado algo mejor en el sueño para darle?
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