Siempre tuve una conexión especial con ellas, por alguna razón siempre que conseguía una era por algo especial en su momento, desde que entre a la preparatoria cada mes alguien diferente pero especial cada uno me regalaba una, esta demás decir que absolutamente todas las usaba, pero había una aún más especial, que superaba todas las demás y esta es su historia:
Mi gusto por el latín era muy extenso, trataba de saber absolutamente todo sobre su origen, donde se hablaba, porque se dejó de usar, donde nació, en fin todo lo posible. Un día salí de la escuela y me dirigía a tomar el bus, note que había olvidado mi cuaderno en el comedor, volví por él, tenía mucha pereza pero era donde anotaba las frases que me gustaban del libro que estaba por terminar, en fin, cuando volvía a tomar mi camino para tomar el bus, un grupo de 5 tipos ocupaban toda la acera de peatones, cuando estaba por pasarlos uno de ellos dijo “Vita est ita” lo cual significa "la vida debe ser así” me detuve por un momento, avance entre ellos y les dije “ut nobis concedas transitum” (déjenme pasar) el que había hablado me pregunto quién era, yo solo le dije que me recordara como la chica del libro, más adelante en la parada del bus, resulto que ellos comenzaron a acercarse más y más hasta que llegaron conmigo, me comenzaron a preguntar, bueno más bien el chico del latín, pregunto porque sabía ese idioma e hicimos conversación, sus amigos se fueron y nos quedamos solos, no quisimos saber el nombre del otro porque ya no nos volveríamos a ver, la preparatoria era demasiado grande para vernos o toparnos todos los días al día siguiente nos volvimos a ver, y al siguiente, y al siguiente, a fin de cuentas nos vimos toda la semana, y por fin compartimos nombres. Franco, el chico del latín. Comenzamos a hacer una amistad muy estrecha, hasta que un día admitimos nuestro gusto por el otro, pero nunca comenzamos una relación estable, un día que planeábamos ir a mi casa el me rompió el corazón por primera vez, no estaba seguro de lo que teníamos y no necesitaba alguien que estuviera con él, dolió, pero entendí, me aleje unas semanas y luego volvimos a platicar con tranquilidad sin plan de lucro, solo amigos, si claro.... pasaron 4 meses, él se graduó, yo me tome un año sabático, con salidas repentinas de uno con el otro, salidas tales como si fuésemos pareja, tomados de las manos, besos ocasionales, abrazos y cariños, después de eso, cada quien a lo suyo, como si nada hubiese pasado, eso durante un año, y luego... el tormento, Amber, la señorita novia de Franco durante otro año y medio, año y medio tales que yo trate de abrirle los ojos y que viera cuanto lo amaba, todo pérdida de tiempo, pero cuando para mi maldita suerte al fin terminan y todo vuelve a la "normalidad" debieron pasar 6 meses más para por fin considerar un relación seria entre él y yo, alegre, sabiendo su significado, me regalo una pulsera de plata, con broche y pocos brillantes discreta pero linda, jamás me la quite, iba por la vida presumiendo la pulsera más importante de mi vida, tres meses más pasaron y ese amor que creí recibir, resulto una mentira, fui hasta su casa para recibir de vuelta algún detalle que le fue entregado por mi parte, pero en cuanto quise quitarme la pulsera, me pidió que no lo hiciera que le hiciera lo que quisiera, no tendría caso regresarla, la conserve con la idea de que tres años y medio no habías sido en vano, que volvería a mí, que estaríamos juntos siempre, no fue así... trabajaba y volvía a casa con la única intención de olvidar todo lo que sentía por él, pero sin quitarme la pulsera, pasaron 5 meses más.... y por fin tuve el poder y valor para quitármela, dolió, pero debía cerrar ese ciclo, debía olvidarme de eso y seguir adelante... no sería fácil, pero lo haría... pasaron 3 días, y una pequeña llego al trabajo con su familia, la cual ya había atendido en repetidas ocasiones y al momento de despedirlos, la pequeña me pidió que me acercara a ella, me puse en cuclillas la mire a los ojos y me dijo "la hice para ti" me puso en mano una pulsera pequeña de perlas rosadas con un pequeño dije de flor y continuo "gracias por siempre sonreírme" una semana después, conocí a un chico, tan amable, gracioso, atento, buena persona, que se convirtió en alguien cercano, 3 semanas después comenzamos a salir y un mes más tarde comenzamos una hermosa relación, a un grado tan perfecto, que el objeto más especial que tengo paso de ser una pulsera, a un anillo.
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