Mi nombre es Pil, Pil Sen y nací como lo hacen todos los individuos terrestres de ocho coma nueve quilogramos, por cesárea. Parece ser que mi madre quedo descansada y traumatizada. Nací echando gruñidos de cochinillo torturado y después de que cosieran a mi madre como si fuera un trozo de ternera para cocinar a la cazuela, salió en carrera de fondo a una meta desconocida y lejana.
Os preguntareis si una criatura de esas características es normal. Si se encuentra dentro del rango de la normalidad, pues la verdad es que no. Yo soy un bebé peculiar y selecto. Y os lo digo sinceramente con orgullo. Según el pediatra, tenía unas medidas de un niño de cinco años y una inteligencia de uno de cuarenta. El día siguiente de nacer le dije al Dr. Filipo: -Cómo parto con una ventaja de cuatro años de crecimiento; alimentarme de lechecita todo el día no me convence. Tomármela para ser una persona fuerte y grande es un contrasentido, no lo negará ¿Cierto?. Encuentro a faltar, aunque le parezca extraño beber Pilsen. Es muy nutritiva, usted ya lo sabe. Es un brebaje de prestigio. Pues verá, para reequilibrarme cuerpo y mente sólo beberé cerveza. Seguramente este proceso va por largo, con lo cual para hacer tiempo; esperaré apoyado en la barra del bar. Un buen lugar para alimentarme de Pilsen y reflexionar porqué Rubalcaba es un mal president para el PSOE.
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