Había salido de España en la pos-guerra, para un país centro-americano, cuando solo tenía 14 años: allí trabajando con un familiar, consiguió (con el pasar de unos años) tener a su nombre un negocio, que le iba muy bien. Sin embargo, en esa nación hubo un cambio de régimen político, por ese motivo, lo que antes era suyo, pasó a ser del estado y él si quería seguir trabajando allí, tenía que ser un simple asalariado cobrando un mínimo sueldo: que remedio le quedó que aceptar el ofrecimiento, pues otra cosa no sabía hacer.
Desde aquel momento, su vida cambió radicalmente, porque trabajaba más y cobraba mucho menos, así hasta que se jubiló, que le dieron una mísera pensión, igual que su mujer, a la que renunciaron, al retornar a España acompañando a una hija casada y ahora viven aquí, con una pensión no contributiva, que le dieron a él, además de la ayuda de la hija y de su yerno.
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