El Burro y el Corcel Jactancioso. (Fábula)

 El Burro y el Corcel Jactancioso. (Fábula)

– Hola borrico inservible  –Luciendo su fina estampa, un corcel caracoleaba alrededor de un burro que pacía tranquilamente. 
El poco agraciado animal no se preocupó ni en mirarlo siquiera. El vanidoso caballo se sintió menoscabado en su orgullo e insistió en molestarlo.
– ¡Hey, feo animalejo, te desafío a una carrera!
El pollino levantó su cabeza y con un burlesco rebuzno lo miró.
– De acuerdo, tendrás la oportunidad de medirte conmigo. Justamente hoy nuestro amo con su hijo debe ir a ver el ganado al otro lado de la montaña. Veremos tu gran habilidad.
El hombre viejo montó al asno y su hijo se pavoneaba haciendo giros sobre el bello alazán. Se encaminaron hacia la montaña, el brioso caballo siempre tratando de ir adelante, notó que el camino se ponía escabroso a medida que ascendían el gran cerro. Llegó un momento en que sintió miedo, pues iban junto a un despeñadero y sus cascos resbalaban en las piedras sueltas.
Al ver los apuros de su hijo montando un caballo asustado, el dueño de la hacienda ordenó que retornaran hasta el plano y allí le esperaran. El burro con pie firme y sin titubear continuó su marcha con una sonrisa burlona.
Cuando nuevamente se vieron ambos animales, el corcel cabizbajo y avergonzado habló al borrico.
– Perdona hermano, en mi orgullo olvidé que cada ser tiene su propia habilidad.

Moraleja.
No mires en menos a persona o animal
No vaya a suceder que un feo jumento, 
Por ingenuo y sin conocer a tu rival,
Ría y se burle de tu tonto engreimiento.