El paso del tiempo había hecho mella en mi expresión. Los años caían como pesadas losas sobre mis espaldas. Las arrugas en mi rostro, hacían preveer que ya me quedaba poca vida.
El tiempo que pasamos juntos fue maravilloso, pero, un mal día, el mar me la arrebató.
Juré pasar el resto de mis días agonizando su vuelta. No consigo olvidarla, ni he encontrado otra que me haga sentir lo mismo que tu. He perdido totalmente la esperanza de encontrarte y el peso de nuestro hogar, es un lastre que que no puedo soportar.
Se que una tortuga galapago tiene pocas probabilidades de encontrar otra tortuga con la que aparearse, pero llevo esperandote ochenta años y o te has perdido ? o me estas engañando con otro.
Ser tortugo no me gusta, la proxima vez, me reencarno en un león que se aparea hasta 50 veces al dia y no una vez cada cincuenta años.
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