SAL GORDA

Por
Enviado el , clasificado en Humor
2443 visitas

Marcar como relato favorito

          Me separé de mi mujer porque en mi opinión está colgada. Le era infiel con frecuencia,  y resultaban insoportables las cenas en compañía de una inseparable amiga que tiene. Una vez esta pesada trajo gambas, mejillones y almejas para cenar. Yo me encargué de cocinar las almejas, y debieron de ser unas 25 las veces que pregunté si había comprado sal gorda. Como quien oye llover, seguían absortas en su eterno diálogo sobre las cortinas. Harto y experimental, me puse a hablar de mi último lío con la vecina del bajo, la separada de dos niños, extendiéndome en detalles, y ellas, como quien oye llover. Mi odio fue en aumento, y después de varios insultos volví a preguntar por la sal gorda. Entonces se volvió, y creyéndose víctima por la peor de las blasfemias, me endiñó un bofetón. No hay derecho.


¿Te ha gustado?. Compártelo en las redes sociales

Denunciar relato

Comentarios

COMENTAR

(No se hará publico)
Seguridad:
Indica el resultado correcto

Por favor, se respetuoso con tus comentarios, no insultes ni agravies.

Buscador

ElevoPress - Servicio de mantenimiento WordPress Zapatos para bebés, niños y niñas con grandes descuentos

Síguenos en:

Facebook Twitter RSS feed