La perrita atropellada

La mujer se puso a cruzar el paso de peatones, con una perrita de raza chigua gua. En tanto que un taxi se paraba al borde del paso de cebra y nada más la mujer dejo sitio suficiente.

El taxista arrancó para seguir con su ruta, sin darse cuenta que todavía, la perrita al ir con la correa un tanto larga, no terminara de salir de delante del coche. Por eso la pisó, por lo menos en una pata, que parecía tenerla destrozada. Que al oír sus alaridos, el taxista dio marcha atrás, disculpándose delante de la mujer (que al mismo tiempo decía quejándose ¿Hay mi perrita? ¿Hay mi perrita?), diciendo, que a la perrita no la vio. De esa manera, a las dos las metió en el taxi, para llevar la perrita al veterinario.