Se infiltró entre los cazadores
Por Jesús A.
Enviado el 26/03/2016, clasificado en Varios / otros
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Jesús, era y es, un amante de los animales. Por lo que hace algún tiempo, se infiltró entre los cazadores como si fuera uno más, con su perro, que en vez de andar detrás de la caza, andaba detrás de su dueño. Eso demostraba que su misión no era cazar, sino que era entorpecer a sus compañeros, para que estos mataran el menor número de animalitos posibles. Por ese motivo algunos de ellos, tenían la mosca detrás de la oreja; porque además del detalle de su perro y que nunca lo vieran por ningún lado con la escopeta cazando. Jesús ese día, en vez de poner interés en cazar, solo contaba cuentos increíbles, de pobres animalitos, que nunca habían escuchado y con los que se reían todos a carcajadas.
Así entre risas con los cuentos de Jesús y en que tuvieron que comer a mediodía, pasaron la mayor parte de ese día corto de invierno, pisando mucho monte, pero cazando muy poco. Aunque en ese aspecto ganó Jesús, que como era de esperar no estrenó la escopeta; ni la podía estrenar, porque ni siquiera llevaba munición. Hasta que se le echó la noche encima, parando un poco en un bar para tomar algo y después cada uno cogió para su casa.
Una vez que Jesús estuvo en su casa: sentía la satisfacción de haber entorpecido a los cazadores, con lo que, mataron como la mitad de los animales de lo normal de otros días. Sin embargo, eso no le compensó el mal día que pasó, a pesar de contar sus cuentos inventados, con los que rieron todos. Porque si a uno no le gusta una cosa, es mejor no seguir en ella y pensó ojos que no ven, corazón que no siente. No volviendo más con los cazadores.
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