La pertenencia del tiempo es de aquellos que pueden disfrutarlo.
El rutinario día a día ni siquiera deja disfrutar de la monotonía, haciendo pesada una cargada que pesa en equidad constante.
La rabia me inspira escribir, el aturdimiento de la constancia me inspira silencio. No puedo negar las ansias de realmente degustar tranquiladad, el estrés es un fiel compañero.
El cansancio muestra el paso del tiempo, que escapa, apartando la esperanza, atrayendo la nostalgia, o lo que piensa el autómata es la nostalgia.
La pertenencia del tiempo es de aquellos que pueden disfrutarlo, la felicidad de la infancia nos recuerda la nostalgia de volver a aquel pasado que el presente ha robado. Como miembros del futuro, sabedores del dolor de carencia de tiempo ¿por qué nos empeñanos en creecer? Conocedores del estrés ¿por qué de niños deseamos ser adultos? Porque la inocente ingenuidad es placentera.
La temeridad de anhelar lo que conseguir se hace difícil es un asunto del tiempo; insisto en que la pertenencia del tiempo es de aquellos que pueden disfrutarlo, pero ¿quién lo hace realmente?
Disculpen mi pesimismo, espero que la pertenencia del tiempo sea vuestra, yo lo extraño desde hace ya.
Comentarios
COMENTAR
¿Te ha gustado?. Compártelo en las redes sociales