Urgente Vs Importante

Y allí estaba ella. Como el perro que espera junto a la mesa a la hora del almuerzo. Inmóvil. Esperando que alguien se apiade de sus ojos lastimeros y le arroje un trozo del jugoso filete. Mendigando las migajas.

Él, como los dueños del perro, la adoraba, no imaginaba la vida sin ella. La amaba y tenía cubiertas todas sus necesidades básicas, pero nunca le bajó la luna.

Ella nunca pidió las estrellas, ni siquiera algo terrenal. Se conformaba con su presencia y con el trozo de filete de vez en cuando.

Pero la espera tiene un límite. Se cansaba de estar la última en la lista de prioridades y la primera en la lista de lo importante. Quería ser lo urgente, lo que no puede esperar más. Era la planta que agoniza con su tierra empapada pero sin un rayo de sol. Sol, solo eso pedía. Ilusión, atención, una sorpresa inesperada, un regalo para los dos.

Pero esta vez tampoco tocaba, siempre había algo más urgente que mantener la llama de la relación.