Aparco el coche como siempre a dos calles de su casa, nunca había sitio mas cerca, cogió el bolso, cerro y se encamino al piso donde vivía sola desde hacia quince años.
Contemplo su rostro en el ascensor, ni rastro del tenue maquillaje que se puso esa mañana, unos mechones rebeldes habían escapado del cómodo recogido que se hacia todos los días entre sorbo y sorbo del primer café
Cerro la puerta tras de si, pensando en que tendría que cocinar para la cena.
Se quito el abrigo gris y los zapatos de talón bajo y los dejo en el armario de la entrada junto con el bolso negro y discreto y se encamino a la cocina y de pronto la vio
Sentada en su sala de estar había una mujer que la miraba sonriente
- Pero bueno que ¿hace usted aquí? Esta es mi casa
- Te estaba esperando Inés, ¿no me recuerdas?
- ¿Como voy a recordarla si nunca la he conocido?
- ¿seguro? ¿No recuerdas cuando salíamos a divertirnos juntas?
- ¿cuando salíamos con aquel novio que tenias?, ¿como se llamaba? ¿Andrés no?
- ¿Pero que esta diciendo? Y ¿como sabe mi nombre? ¿de que conoce a Andrés?
Se fijo bien en la mujer, lucia un colorido vestido, bien ceñido, sus largos cabellos le caían graciosamente por los hombros enmarcando su cara y resaltando el color gris de sus ojos, unos bien delineados labios rojos y su expresión era de confianza, de esas mujeres que se sienten bien con sigo mismas, algo que Inés no sentía en absoluto
- Pero ¿estas loca? Si no te conozco
- Jajajaaj si siempre he sido un poco loca, ¿recuerdas? Tu madre nos lo decía, juntas nunca haríamos nada en la vida
Inés se acordaba, su madre pronuncio tantas veces esa sentencia que termino por cumplirse
- ¿como sabes aso? ¿lo que decía mi madre?
- ¿Estas segura que no me reconoces?
Dijo levantando una ceja con aquel típico gesto que hacia su madre y que ella también hacia antes cuando era mas joven.
¿Mas joven? ¿mas joven que quien? ¿que cuando? Esa mujer le estaba haciendo recordar cosas que creía olvidadas
-He venido para quedarme, si quieres claro
-Y bien ¿que decides? ¿Quieres que me quede?
No lo dudo ni un momento, vio en esa mujer, a la mujer que ella misma llevaba dentro, oculta durante tantos años, no eran casuales sus ojos grises ni sus gestos tan familiares, sus referencias a un tiempo pasado.
Inés empezó a sonreír, se soltó el pelo y empezó a cantar una vieja canción y si acepto a esa mujer como parte de ella misma, desde entonces van juntas a todas partes, su vida ha cambiado, tiene otro color, otra forma, tiene sentido
Pilar
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