La historia sin palabras
Por Charles Ginsberg
Enviado el 29/03/2016, clasificado en Varios / otros
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Sentado en el antiguo escritorio frente al papel, con la suave luz del flexo reflejada sobre la pluma que sostenía mi mano, intentando plasmar mi cabeza con palabras, pero los narradores callaban. No había forma de contar lo que sentía en ese momento, una simple historia demasiado compleja. Pasé horas y días estrujando eso que llaman cerebro, probando a través de la razón y del corazón, pero nada, todo vacío. Era como si un muro evitara que se escaparan todos esos presos que chillaban en mi interior, y yo me volvía loco. Hicieron falta noches en desvelo, tragos de whisky y tramos de locura extrema, para comprender que el mundo formado en mi cabeza no era más que una mera ilusión inexistente con el que los duendes soñaban para autocomplacerse.
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