Si ya lo sé, si me la debería de haber quitado. Pero, ¿qué quieres que te diga?. El viaje era corto. No hay más de diez minutos de aquí a la estación, y además hace un frío que cala hasta el alma. El coche está viejo y la calefacción hubiera empezado a notarse al regresar, y para entonces, todos congelados. Además, me gusta, me gusta mucho mi parka. Y total, si la estación está al lado.
Es cierto que conducir con una parka 100% poliéster e impermeable, forrada en su interior de lana y con las mangas montadas, no es lo más cómodo del mundo; pero calienta, mucho, y me ha costado media vida. Así que, ya que tengo que conducir el abollado Opel de mi tía para ir a buscarla al tren, que por lo menos mi parka imprima un poco de clase a este molesto viaje por la carretera más secundaria, maltrecha y oscura de la provincia.
El vendedor me lo dijo: Con este modelo no pasará frío, eso garantizado; y además repele cualquier tipo de líquido y/o fluido gracias a la tecnología repelex, exclusiva de nuestra marca. Por no hablar del tallaje personalizado. Lo nuestro no es vender parkas a granel como si fuéramos una marca barata de centro comercial. Nosotros primero tomamos sus tallas y luego adaptamos el modelo a las formas de su cuerpo para ajustarle la prenda y así proporcionarle una experiencia absoluta que sólo se consigue con lo exclusivo. Sepa, caballero, que, una vez personalizada, este modelo hablará de usted, de su way of life, será su mejor tarjeta de presentación. No, no podrá prestar la parka a nadie porque usted no la ha elegido, sino que la parka le ha elegido a usted; y estas prendas son posesivas, sólo admiten un único dueño.
He de confesar que el discurso me pareció excesivo, pero supongo que fue lo suficientemente convincente porque desembolsé encantado los 600 euros que me costó; y eso que no me sobra el dinero. Pero, que demonios! Un día es un día! Y como dice mi abuela: en el comer y en el vestir gasta lo que no tengas si quieres bien vivir.
Vivir qué paradójico. A mi abuela me gustaría ver ahora. Porque de no ser por esta maldita parka, quizás podría haber tenido una oportunidad.
La verdad es que habría que fusilar al maldito que diseñó el puente. Sin protectores a los lados y con una elevación de sólo dos metros por encima del nivel del agua. De modo que cuando hay lluvias, y es el caso de esta última semana, y el río crece, el agua sube y sobrepasa el puente. Reconozco que lo más inteligente hubiera sido no arriesgarme y dar media vuelta para buscar una ruta alternativa, pero no me podría haber imaginado que esa, aparentemente pequeña, pátina de agua que resbalaba por el puente sería capaz de arrastrar un Opel Astra con 250000 kilómetros a sus espaldas.
Y aquí me veo ahora, bajo las aguas del río, intentando salir del coche. Si no fuera por la parka, que mojada pesa como cien muertos, podría haberme movido con cierta soltura para intentar romper la ventana trasera del coche y salir a la superficie. Pero es que no puedo!. Ahora entiendo porqué me advirtieron que esta prenda se lava en seco: La lana absorbe el agua como si fuera una esponja. No hay manera de que me despegue del asiento.
En este trance extremo por el que estoy pasando, doy gracias por el carácter que tengo. Siempre he sido un tipo que se adapta a las situaciones con cierta agilidad. Así que ya me estoy haciendo la idea de que me voy. Supongo que en breve veré pasar mi vida ante mí y luego llegará la luz blanca y veré las siluetas de amigos y familiares fallecidos que me indican con amables manos que me acerce a ellos, que soy bienvenido en el reino de los cielos y todo eso, pero que a quién se le ocurre no haberse quitado la parka para ir a buscar a mi tía a la estación. Quizás me hacen la mosca, por tonto. En cualquier caso me voy con la tranquilidad de que el vendedor no me engañó, que tenía razón cuando decía que estas prendas son posesivas.
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