El desorden perfecto. 2

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Nota mi mirada y sonríe (es tan sensual), apaga el puro y se dirige a mi me besa sin decir palabra alguna y se aleja al mini bar que hay en el apartamento sirve un par de copas de vino, vuelve a mi me levanta se acomoda en el sillón y me abraza, me ofrece la copa y bebé un sorbo de la suya.

Con esa voz sensual me dice —La he pasado muy bien esta noche pero aún no acaba preciosa. Sonrío y lo beso muy apasionadamente, monta encima de él y yo juego, rozo mi cuerpo contra el suyo y él se mueve rápido para introducirse en mi y lo detengo me río y el me dice — así que esta vez te toca a ti tomar el control, de acuerdo mami tu mandas...

Me muevo lento su erección roza mi húmeda, él se estremece, esta más excitado, suspira y me toma con fuerza, yo juego, su cuerpo me pide a gritos que vaya al punto, y él me suplica —¡Hazlo por favor!, me río y me levanto, tomo mi copa de vino y así desnuda me dirijo al balcón, me siento en la mesa que se encuentra ahí y prendo un cigarrillo, mi mirada se pierde en las escasas luces de la Ciudad de México mi mente se va a los recuerdos de la primera vez que lo vi, quién pensaría que terminaríamos envueltos en este lío sexo-amoroso , mientras tanto él no pierde ningún movimiento que hago, me mira entre desconcertado y molesto me grita —¡Regresa aquí! Y por favor ponte algo todos te pueden ver y eres sólo mía. Yo suelto una carcajada pero de ahí no me muevo, le doy una calada profunda al cigarrillo y lo apago, él se levanta del sillón va hasta donde me encuentro , me toma en brazos y entre risas volvemos al sillón, me abraza sin afán de sexo, y me hace la pregunta menos esperada —¿Por que anoche llegaste de esa forma? Le cuento lo sucedido, nos reímos y hace otra pregunta — ¿por qué esas ganas de no pertenecer a nadie?

Le explico —Porque yo ya le pertenezco a algo no a alguien, yo le pertenezco a mis deseos, a mis placeres, a mis pasiones, soy de ahí porque no puedo pertenecer a un hombre, ustedes son caprichosos, manipuladores, claro sin percatarse nos hacen suyas, pero de esa misma forma se deshacen de nosotras... (Él me mira pensativo como dándome la razón y yo trato de desviar mi mirada nuevamente al balcón con tal de que no note mis sentimientos por él), sé ríe de lo que acabo de contarle y me besa pero no es como aquellos besos anteriores este dice algo más son suaves, lentos , apasionados , me toca pero es diferente, es con fuerza y ternura a la par, me deja ser, me deja gemir, no son ordenes todo es a mi placer, me recargo en él, necesito su piel esa piel en la que me siento volar, me incorporo y ahora soy yo la que se monta en él, mis manos en su hombros facilitan ese movimiento, comienza un vaivén de mis caderas sobre su cuerpo, él me deja hacer lo que quiero, se pierde en mi mirada, en mis labios que susurran un secreto, lo hundo en mi humedad en ese instante , él pierde su mirada en mi cuerpo, en su placer pero aún más en el mío, mis caderas suben y bajan en un ritmo casi frenéticos, con ayuda de sus manos en mis nalgas, que de vez en cuando sueltan una nalgada, que me hace erizar la piel, tengo un orgasmo y me incorpora en el sillón, el se hinca y solo observo como su boca se pierde entre mis piernas, su lengua apenas me toca y yo ya estoy más que mojada, mi mano con fuerza presiona su cara contra mi vagina, en ese momento me pierdo, grito su nombré, gimo y me deshago en otro orgasmo, mientras el se separa de mi con el rostro bastante húmedo....


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