Historia de una noche de verano (V)

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Llegaron las navidades. Yo debería de haber estado estudiando porque tenía los exámenes justo después, pero ya sabéis… El mejor día para empezar a estudiar es el último.

Os pongo un poco en situación. Día 1 de enero. Resaca.

Mi mejor amigo, Edu, me dijo que estaba estudiando y que si quería ir con él. Pero… no. Estaba tirada en la cama, viendo películas y pocos planes podrían superar ese y hacer que me levantara.

«Bbpp, bbpp». WhatsApp de Manuel.

Era un audio. Me felicitaba el año nuevo, y me decía que tenía que decirme algo que en un principio era una sorpresa… Pero como no estaba haciendo nada, y lo estaba dejando para el último momento, se veía obligado a hacerlo.

Nervios. ¿Viene?

Seguidamente me envió una captura con la fecha de un vuelo a Barcelona (justo cuando yo empezaba los exámenes). Aún así, fue la mejor manera de empezar el año. Automáticamente me vestí y me fui con Edu a estudiar. Obviamente, él lo sabía y estaba intentado que estudiara pero no estaba saliendo muy bien.

 

Como tenía más amigos aquí, se quedó a dormir en casa de uno de ellos. De hecho, se quedó en casa de Santiago, el primer chico que conocimos en Malta. Él lo iba a buscar al aeropuerto y yo lo esperaría en Barcelona. Dijimos que comeríamos juntos. Así que, al acabar de la universidad me fui directamente para Barcelona en vez de pasar por casa.

Esperé más de lo esperado, no tenía noticias y empecé a agobiarme. Las horas pasaban, ya no tenía nada que hacer y me estaba empezando incluso a cabrear. Tuve un pequeño arrebato y empecé a irme en dirección al tren para irme a casa. Era absurdo, pero pensaba que se habría olvidado y se habría ido por ahí con otros amigos. Mientras estaba en la estación, me habló. Me preguntó que si íbamos a quedar. Me sentí estúpida por mi reacción. Así que me di media vuelta y me fui para donde estaban ellos.

Debo reconocer que a causa del enfado, los nervios se me habían pasado un poco. Tenía un remix de emociones, que casi iba a explotar. Aunque al verlos fue genial. Santiago tenía que comprar unas cosas para el cumpleaños de su madre, así que Manuel y yo fuimos a dar una vuelta por la zona. No hablábamos de nada, hablábamos de todo. Nos sentamos en una terraza para esperar que viniera Santiago. Cuando llegó me dijo que si quería podía quedarme a dormir, si tenía todo lo necesario para ir mañana a la universidad, etc. Así era, ni siquiera había pasado por casa.

Pasé los días de aquella semana, yendo a la universidad para los exámenes (solo tenía exámenes, no tenía clases), yendo a casa a cambiarme y quedándome, improvisadamente, a dormir a casa de Santiago. Incluso fui dos veces de fiesta con ellos.

Fue una buena semana. El último día, Manuel cogía un ave con amigo de Madrid, de madrugada. Así que, Edu y yo fuimos con ellos a pasar la noche vagando por Barcelona.

Otra corta pero perfecta semana.

 

Continuará...


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