La más joven, también se fue

Con una hacienda muy bien organizada, de varias cabezas de ganado, que le sacaban muy buen rendimiento. En un pueblo agrícola vivía un matrimonio con cinco hijos. En esa hacienda, venía de antiguo de que el hijo mayor se casara en esa casa, para sustituir a sus padres cuando estos se jubilaran, o no pudieran trabajar. Sin embargo, la hija primogénita, que ya era la que llevaba la mayor parte del trabajo y que además le gustaba; se casó con un hombre con un oficio menos sacrificado y bien remunerado, por eso no quiso venir para casa de sus suegros y a su mujer se llevó para su casa. Mientras que los tres que le seguían, por una cosa o por otra, tampoco quisieron o no pudieron venir para la casa de sus padres; quienes ya no podían trabajar como lo hacían anteriormente.

A esos padres, solo les quedaba Selene, que era la hija más joven, que solo tenía 15 años y está además de estar en el instituto, tampoco le ilusionaba mucho cuidar tanto ganado; sin embargo, sus padres la animaron mucho, a ver si se quedaba con ellos en la hacienda y Selene al comprender lo que estaba sucediendo, abandonó los estudios para trabajar en la ganadería ayudando a sus padres.

Aunque desde ese momento, para la joven la vida le cambió mucho. Por eso al cabo de un año de estar allí, ya estaba cansada de trabajar en la hacienda y luego para más desespero de sus sacrificados ascendientes: ella se echó un novio, hijo de unos padres acomodados. Quien le dijo: que cuando se casara con ella, no dejaría la carrera, para trabajar en la ganadería de sus suegros, además le pedía a su novia, que se pusiera de acuerdo con sus padres, para reanudar sus estudios y si por cualquier motivo ella no podía, su padre se los pagaría. Así fue, como aquella hacienda pocos meses más tarde cerró, por no tener quien la cuidara; pues los mayores solos, ya no eran capaces de atenderla.