El sueño americano

Abrazada a la destartalada farola, Marlene contonea sus ya atrofiadas caderas de izquierda a derecha, desacompasadamente, buscando un triste reclamo para algún hombre con el pene inquieto y veinte dólares en su cartera, veinte pavos para invertir en un cuerpo ajado por los años, roto por los vaivenes sexuales aquí y allá. Aquí te pillo. Allá te la mamo.

Al ruido de pasos, Marlene sonríe y deja entrever sus otrora perlas del Atlántico, convertidas ahora en una retahíla de amarillentos y diminutos dientes, formando una discordancia plástica absoluta con el rojo chillón del carmín desganadamente adherido a sus abotargados labios.

El viandante pasa de largo. La sonrisa lasciva se convierte en mueca. Asco de vida.

Una melodía de Etta James se fuga por las rendijas de una ventana, merándose con las partículas de la niebla que anega Chicago. At Last…..preciosa canción para tan asquerosa vida.

Mientras apura su cigarrillo hasta consumir la marca impresa del papel, Marlene, la puta de barrio, la meretriz de mustia cara y carnes sobadas por diecisiete mil manos lascivas, piensa en su infancia, marcada a hierro vivo en su casi opaca alma.

Su madre alcoholizada. Su padre, sobándole desde los once años. Papá te quiere mucho, Marly, será nuestro secreto. Le ahoga la bilis. Pero calla y acata. La puta vida, que marca el destino al azar. Que te jode porque sí. Sin más.

Se agota la noche. Otra múltiplo de cero a añadir al bolso. Otro día a luchar con el casero, el crédito y el supermercado.

Cante, Etta…..cante mientras Marly se arrastra de nuevo a la puta realidad que le espera.

At last my love has come along my lonely days over and life is like a song

El sueño americano. Barras y estrellas. American way of life.

Su puta madre…..