En una ocasión, existía una granja muy grande de animales domésticos en la que reinaba el desgobierno por eso se reunieron los líderes de cada especie de animales y tras muchas discusiones de quien debía mandar, llegaron a la conclusión, de que tenía que implantarse una democracia interna y para ello tuvo que haber unas elecciones con las que se elegiría a uno de ellos que los gobernara en un plazo de un año y así sucesivamente.
Pero como los líderes tenían que darse a conocer ante los electores tuvo lugar la campaña electoral en la que todos ellos expusieron sus proyectos y sus ofrecimientos, en los que destacó el líder de los cerdos que ofreció lo mejor para todos, aunque a quien le ofreció mejores manjares fue a los más necesitados y como además los cerdos eran los que más abundaban en la granja al final el Cerdo fue elegido jefe de todos los animales. Sin embargo una cosa es prometer y otra es cumplir con lo prometido, por lo cual el Cerdo al tener el mando en sus manos todo lo que podía comer él y sus más allegados lo comía, dejando para los demás lo que les sobraba, que era muy poco. De esa manera Incumplió lo que había prometido.
No obstante, para el Cerdo y sus camaradas esa manera de proceder les salió muy caro pues no había todavía un año que fuera elegido, cuando un día el humano que atendía en lo que podía a todos aquellos animales los vio que estaban tan gordos y lustrosos que se los llevó al matadero y de ellos sacó unos hermosos jamones empleando toda la demás carne sobrante en chorizos y morcillas.
Así fue como el Cerdo y sus camaradas engordaron para luego morir. Sin embargo, mientras que existió (al ser más abundantes), en aquella granja siempre gobernó algún Cerdo y siempre se repitió la misma historia.
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